Abstract
El estudio de las piedras y escombro de una pequeña sección de la costa ya totalmente artificial de la ciudad de Buenos Aires, mostró la presencia de dos piedras recién llegadas y muy desgastadas. Por su coloración rojiza, su composición geológica y con la evidencia de tallado manual era de suponer que provenían de la zona de Misiones y que debieron formar parte de uno o dos edificios. Desconocemos de dónde vienen, cómo se hizo ese viaje enorme en distancia y en siglos, pero llegaron en fecha reciente y quedaron sobre la tierra de la costa. Finalmente es solo una curiosidad, deben ser cientos los edificios jesuíticos destruidos en el tiempo y cuyas piedras cayeron al agua; estas dos curiosamente quedaron a la vista a una enorme distancia, y poco antes de salir al océano y perderse para siempre.
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