Abstract
<p>El presente artículo aborda el proceso electoral acaecido en España en marzo de 2008, con el objetivo de replantear tres cuestiones comúnmente expresadas sobre el funcionamiento de la democracia española. <span style="font-size: 10px;">La primera cuestión es la supuesta condición modélica de la transición democrática española, la segunda es la incapacidad de la política para distensionar conflictos, y finalmente, la tercera es la fortaleza creciente de los dos partidos más grandes de España.</span></p><p>El autor señala que en las pasadas elecciones españolas se vulneró uno de los hitos fundamentales de la transición democrática española, cuando el Partido Popular hizo del terrorismo un arma de campaña electoral contra el Partido Socialista Obrero Español.</p><p>Ante esto, señala el autor, éste hecho pareció remedar los comicios mexicanos de 2006, cuando se acusó al candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador de constituir “un peligro para México”. El autor argumenta que la práctica democrática se ve anulada cuando el respeto entre adversarios legítimos se ve sustituido por agravios autoritarios entre enemigos intratables.</p>
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