Abstract

El tratado de Nanjing de 1842 entre la Gran Bretaña y el imperio Qing significó el inicio de las relaciones diplomáticas entre Europa y China. Pocos años después, también España contó con agentes consulares en los principales puertos chinos. El presente artículo analiza el despliegue diplomático español en China y sus objetivos y muestra que, a pesar de poseer un sistema consular aparentemente amplio, este no logró sus objetivos de desarrollar el comercio español en China y prestigiar a España en el contexto colonial chino, y que ello fue así principalmente por motivos que escapaban del control de los agentes diplomáticos. Asimismo, el artículo reflexiona sobre el papel que los países que pueden ser considerados periféricos dentro de la empresa imperial tuvieron en las peculiares formas de colonialismo que se desarrollaron en China a finales de siglo XIX y principios del XX.

Full Text
Paper version not known

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call

Disclaimer: All third-party content on this website/platform is and will remain the property of their respective owners and is provided on "as is" basis without any warranties, express or implied. Use of third-party content does not indicate any affiliation, sponsorship with or endorsement by them. Any references to third-party content is to identify the corresponding services and shall be considered fair use under The CopyrightLaw.