Abstract

Local excision of T1 rectal cancers helps avoid major surgery, but the frequency and pattern of recurrence may be different than for patients treated with total mesorectal excision. This study aims to evaluate pattern, frequency, and means of detection of recurrence in a closely followed cohort of patients with locally excised T1 rectal cancer. This study is a retrospective review. Patients treated by University of Minnesota-affiliated physicians, 1994 to 2014, were selected. Patients had pathologically confirmed T1 rectal cancer treated with local excision and had at least 3 months of follow-up. Patients underwent local excision of T1 rectal cancer, followed by multimodality follow-up with physical examination, CEA, CT, endorectal ultrasound, and proctoscopy. The primary outcomes measured were the presence of local recurrence and the means of detection of recurrence. A total of 114 patients met the inclusion criteria. The local recurrence rate was 11.4%, and the rate of distant metastasis was 2.6%. Local recurrences occurred up to 7 years after local excision. Of the 14 patients with recurrence, 10 of the recurrences were found by ultrasound and/or proctoscopy rather than by traditional methods of surveillance such as CEA or imaging. Of these 10 patients, 4 had an apparent scar on proctoscopy, and ultrasound alone revealed findings concerning for recurrent malignancy. One had recurrent malignancy demonstrated on ultrasound, but no concurrent proctoscopy was performed. This was a retrospective review, and the study was conducted at an institution where endorectal ultrasound is readily available. Locally excised T1 rectal cancers should have specific surveillance guidelines distinct from stage I cancers treated with total mesorectal excision. These guidelines should incorporate a method of local surveillance that should be extended beyond the traditional 5-year interval of surveillance. An ultrasound or MRI in addition to or instead of flexible sigmoidoscopy or proctoscopy should also be strongly considered. See Video Abstract at http://links.lww.com/DCR/A979. CÁNCERES RECTALES T1 EXTIRPADOS LOCALMENTE: NECESIDAD DE PROTOCOLOS DE VIGILANCIA ESPECIALIZADOS: La escisión local de los cánceres de recto T1 ayuda a evitar una cirugía mayor, pero la frecuencia y el patrón de recurrencia pueden ser diferentes a los de los pacientes tratados con escisión mesorectal total. Evaluar el patrón, la frecuencia y los medios de detección de recidiva en una cohorte de pacientes con cáncer de recto T1 extirpado localmente bajo un régimen de seguimiento especifico. DISEÑO:: Revisión retrospectiva. Pacientes tratados por hospitales afiliados a la Universidad de Minnesota, 1994-2014 PACIENTES:: Pacientes con cáncer de recto T1 confirmado patológicamente, tratados con escisión local y con al menos 3 meses de seguimiento. Extirpación local del cáncer de recto T1, con un seguimiento multimodal incluyendo examen físico, antígeno carcinoembrionario (CEA), TC, ecografía endorrectal y proctoscopia. Presencia de recurrencia local y medios de detección de recurrencia. Un total de 114 pacientes cumplieron con los criterios de inclusión. La tasa de recurrencia local fue del 11,4% y la tasa de metástasis a distancia fue del 2,6%. Las recurrencias locales se presentaron hasta 7 años después de la escisión local. De los 14 pacientes con recurrencia, 10 de las recurrencias se detectaron por ultrasonido y / o proctoscopia en lugar de los métodos tradicionales de vigilancia, como CEA o imágenes. De estos diez pacientes, cuatro tenían una cicatriz aparente en la proctoscopia y el ultrasonido solo reveló hallazgos relacionados con tumores malignos recurrentes. En una ecografía se demostró malignidad recurrente, pero no se realizó proctoscopia concurrente. Revisión retrospectiva; estudio realizado en una institución donde se dispone fácilmente de ultrasonido endorrectal CONCLUSIONES:: Los cánceres de recto T1 extirpados localmente deben tener una vigilancia específica distinta de los cánceres en etapa I tratados con TME. El régimen de seguimiento deberá de extender más allá del intervalo tradicional de 5 años de vigilancia. También se debe considerar la posibilidad de realizar una ecografía o una resonancia magnética (IRM) además de la sigmoidoscopía flexible o la proctoscopía. Vea el Resumen del video en http://links.lww.com/DCR/A979.

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