Abstract

En este trabajo se insiste en las relaciones o transferencias entre Lisboa, como lugar de encuentro, y los artistas gallegos que viajaron a Portugal, entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, a fin de comprar materiales para las obras de la catedral de Santiago. Este fue el caso paradigmatico de Fernando de Casas. En efecto, el viajo a Lisboa en la primavera de 1717, donde se dejo influir por la produccion portuguesa de embutidos de marmoles policromos y por los planes centrales o los poligonos alongados de las iglesias del Barroco lisboeta, presentes en proyectos de Luis Nunes Tinoco y Joao Antunes.

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