Abstract

This analysis studies sugar cane plantations located south of Lake Maracaibo, in the jurisdiction of Merida (Venezuela), where sugar cane was cultivated and processed from the sixteenth century. It is a quantitative and qualitative study of the origin, evolution, production, infrastructure, and profitability of the plantations. The research is based on unpublished documentary sources in national and foreign archives.

Highlights

  • Origen y evolución de las haciendas cañeras en el sur del Lago de MaracaiboEl proceso formativo de las haciendas, ha reconocido su base en las estancias, las que han sido poco estudiadas, sobre la evolución de las mismas en la Nueva Granada, Torres, ubica su surgimiento a finales del siglo XVI, definiéndolas como centros de producción agrícola y ganadera, explotadas bajo el modelo de «tierras de labor» característico de la meseta castellana, constituyendo propiedades asignadas a los primigenios encomenderos, quienes utilizaron los beneficios obtenidos del tributo indígena para invertirlo en sistemas de siembra; considerándolas como unidades productivas con aportes de trabajo familiar, previas a la aparición de las haciendas y las clasifica como estancias de ganado mayor.

  • A diferencia de lo ocurrido en Mérida, Taylor explica que en Oaxaca en la Nueva España, no fue sino a principios del siglo XVII, cuando comenzaron a desarrollarse unidades de producción denominadas «haciendas», para designar una propiedad más compleja que la estancia, entendida como «una nueva entidad económica dedicada a abastecer mercados locales tanto de productos animales como granos»18.

  • Explica que una situación similar sucedió en el ande peruano en la formación de las primeras haciendas mediante la enajenación de fanegadas de tierra de los indígenas a los blancos.

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Summary

Origen y evolución de las haciendas cañeras en el sur del Lago de Maracaibo

El proceso formativo de las haciendas, ha reconocido su base en las estancias, las que han sido poco estudiadas, sobre la evolución de las mismas en la Nueva Granada, Torres, ubica su surgimiento a finales del siglo XVI, definiéndolas como centros de producción agrícola y ganadera, explotadas bajo el modelo de «tierras de labor» característico de la meseta castellana, constituyendo propiedades asignadas a los primigenios encomenderos, quienes utilizaron los beneficios obtenidos del tributo indígena para invertirlo en sistemas de siembra; considerándolas como unidades productivas con aportes de trabajo familiar, previas a la aparición de las haciendas y las clasifica como estancias de ganado mayor. A diferencia de lo ocurrido en Mérida, Taylor explica que en Oaxaca en la Nueva España, no fue sino a principios del siglo XVII, cuando comenzaron a desarrollarse unidades de producción denominadas «haciendas», para designar una propiedad más compleja que la estancia, entendida como «una nueva entidad económica dedicada a abastecer mercados locales tanto de productos animales como granos»18. Explica que una situación similar sucedió en el ande peruano en la formación de las primeras haciendas mediante la enajenación de fanegadas de tierra de los indígenas a los blancos. En Venezuela, fueron fundamentalmente de origen africano, aunque es preciso señalar que no existió una absoluta diferenciación entre los diversos grupos étnicos que laboraban en las haciendas, donde coexistieron trabajadores de diversas etnias. Inicialmente, se había aceptado que había un 5% de retorno en las grandes haciendas, pero se ha demostrado que en 20 ó 40 años los índices de riqueza se multiplicaban por 5 y 10 veces

Las haciendas cañameleras
Las cuentas de la hacienda azucarera en Torondoy
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