Abstract

Las declaraciones compuestas por los célebres arquitectos barrocos Juan Pérez Castiel, Jaime Bort y Pedro de Ribera para reformar la fachada y torres de la Catedral de Cuenca entre 1710 y 1726 constituyen un ejemplo sustancial para entender la figura del artífice en sí mismo y en relación a la cultura arquitectónica de su tiempo. Al tratarse de fuentes originales no existe distorsión en su contenido por lo que adquieren un valor único y representativo a la hora de entender cómo trabajaban estos artífices, qué condicionantes teóricos y prácticos les influían y qué principios constructivos y decorativos empleaban. Así, el análisis de tres de estos textos vinculado a cada uno de los arquitectos permite entrever las características profesionales propias de cada uno y, a la par, los rasgos subyacentes que entroncan con el contexto arquitectónico del momento.

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