Abstract
Analyse de la dynamique du poste du gouverneur général (adelantado) dans le royaume de Murcie, depuis sa création en 1258 jusqu’aux débuts du XVIe siècle. L’étape chrétienne du Bas Moyen Åge murcien commençait par la genèse parallèle de l'implantation du gouverneur, pouvoir politique et territorial qui, par délégation du monarque, assuma les pleines compétences du gouvernement dans un territoire conditionné doublement par les luttes internobiliaires pour le contrôle de ce poste et son affrontement au gouvernement du conseil, et par les avatars militaires provenants de la voisine frontière musulmane. La succession de 17 gouverneurs en tète de l'institution dans le royaume de Murcie ratifient l'exercice du gouvernement territorial à caractère personaliste, autoritaire et aux tendances à l'adscription à une lignée, une authentique plate-forme du pouvoir dans l'équilibre difficile des rapports politiques établis entre les différentes forces nobiliaires et les monarques castillans.
Highlights
7oAY\OXoPATYOL7GAXo \7Lo TAJO]OYo (c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas Licencia Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Los siglos centrales de la expansión europea iniciaron consecuentemente el proceso de consolidación del poder regio, entendido como la institución superior y teóricamente indiscutible capaz, por derecho divino, de aglutinar bajo sí a los otros dos elementos del Estado y generar un sentimiento común de pertenencia a una comunidad política territorial gobernada por dicho poder supremo, que era igualmente capaz de atraer mediante fórmulas políticas, autoritarias o pactistas, a los fuertes poderes feudoseñoriales incardinados en estamentos
XI-XIII) en coexistencia con la organización de las relaciones de naturaleza feudal heredada, sobre la que en los siglos bajomedievales se superpuso, sin eclipsarla, la concepción del estado estamental o corporativista, desde donde se gestó en las postrimerías del medievo lo que se ha definido como la génesis del estado moderno
Summary
En el modelo castellano la práctica de gobierno conllevaba la ejecución de un programa de centraliz.ación y unificación jurídico-territorial que, vertebrado sobre el Derecho romano, puso en marcha Alfonso X, quien, heredero de la importante ampliación del espacio político castellano iniciada por su padre y consumada por él, agregó a la definitiva unión castellano-leonesa de 1230 la incorporación a Castilla de la Andalucía Bética y Murcia. LOS ADELANTAIX)S MAYORES DE MURCIA conceptúa en Las Partidas, asume plenas competencias jurisdiccionales en los cuadros administrativo-territoriales en representación del poder regio, comportando tal territorialización de la "plenitudo potestatis" un riesgo en el sistema unitario del poder político que se intentó salvar regulándose jurídicamente desde el siglo XIII la actividad del adelantado, sobre la que se imponía la atribución de la global administración de la justicia 11 La importancia de este oficio público obligaba al monarca a colocar en él a personas de su estricta confianza, siendo en consecuencia el cargo amovihfe pues, como se formulaba en la Partida 3.4.3., en los potenciales y selectos candidatos tenían que concurrir una serie de condiciones morales y sociales (buen linaje, entendido en la administración de justicia, leal al rey por el vasallaje prestado y natural de reino) que restringían sobremanera las posibilidades de acceso a él; cualidades que explican rotundamente que se estableciese un pragmático monopolio de los adelantamientos por parte de territorial del más puro estilo feudal, aviniéndose finalmente a adecuar su comportamiento y su poder a los parámetros exigidos por los Reyes Católicos, de quienes fue un leal oficial regio, por cuya actividad militar en la guerra contra Granada y el marquesado de Villena le fue otorgado el señorío de Cartagena en 1477 Los marcados rasgos de la personalidad de cada uno de los adelantados mayores permitirían calificarlos rápidamente mediante unos apelativos complementa rios, elocuentes y fácilmente identificativos de la impronta que dieron a sus gobiernos, tales como don Juan Manuel "el soberbio", Ruy López Dávalos "el justiciero", Alfonso Yáñez Fajardo "el aguerrido", Pedro Fajardo el "autócrata", etc
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