Abstract

El sentimiento nacionalista cubano, según el consenso historiográfico, se consolida a inicios del siglo XIX, época en que se asientan los valores patrios que a finales del siglo XVIII comenzaron a emerger. El impulso patriótico surgido en los albores decimonónicos y forjado en las campañas independentistas determinó la génesis de un imaginario simbólico para la nación. La élite criolla vuelve los ojos al pasado insular en busca de rasgos autóctonos al mismo tiempo que se apropia de la tradición euro-occidental; con ello ambicionaba incorporarse a la red de naciones independientes, civilizadas y republicanas del orden político mundial. Los discursos nacionalistas y fundacionales de la Isla se definen, pues, de este modo. En este contexto surge uno de los “mitos” historiográficos más interesantes del imaginario independentista cubano: la abanderada. Este trabajo, pues, presenta algunos apuntes sobre cómo se desarrolló el proceso de mitificación que ligó el papel de las mujeres cubanas en las guerras de independencia del siglo XIX con el símbolo nacional de la bandera.

Highlights

  • The Cuban nationalism, according to the historiographical consensus, was consolidated at the beginning of the 19th century, a time when the national values that began to emerge at the end of the 18th century were established

  • Era el símbolo que identificaba a los mambises en el campo de batalla, pero también aportaba códigos para el lenguaje clandestino en las ciudades más distantes y amenazadas por la cultura colonialista, como el uso de sus colores en el vestuario de las femeninas partidarias de la independencia

  • San Pedro y Emelina Díaz, que representaban, respectivamente, a América y Cuba, con ricos trajes alegóricos y cubiertas por las banderas de ambas naciones, prestándoles guardia de honor dos soldados cubanos y las cuatro bellas amazonas Blanca y Mercedes Lastres, Ramona Díaz y Clara Aruca; el club «Martí» con la bandera cubana y un espléndido estandarte [...] con esta dedicatoria: «A los héroes de la Independencia»; el club «Maceo» con su bandera y estandartes con dedicatorias al Ejército Libertador; y cerraban la marcha el Alcalde Municipal, los miembros del Ayuntamiento, y demás autoridades, seguidos por más de dos mil personas, en las que estaban representadas todas las clases sociales (Sanjenís 328)

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Summary

Danislady Mazorra Ruiz*

Según el consenso historiográfico, se consolida a inicios del siglo xix, época en que se asientan los valores patrios que a finales del siglo xviii comenzaron a emerger. El impulso patriótico surgido en los albores decimonónicos y forjado en las campañas independentistas determinó la génesis de un imaginario simbólico para la nación. Los discursos nacionalistas y fundacionales de la Isla se definen, pues, de este modo. En este contexto surge uno de los «mitos» historiográficos más interesantes del imaginario independentista cubano: la abanderada. Pues, presenta algunos apuntes sobre cómo se desarrolló el proceso de mitificación que ligó el papel de las mujeres cubanas en las guerras de independencia del siglo xix con el símbolo nacional de la bandera. Palabras claves: Mujer cubana; guerras de independencia; República de Cuba; bandera cubana; nacionalismo; nación cubana

La identidad nacional cubana en torno al ideal republicano
La abanderada como símbolo de la nación
La Abanderada de Baire
De la abanderada a la alegoría republicana finisecular
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