Abstract
En la Argelia del siglo XVII, la agricultura tomó una nueva cara con los productos nuevos que trajeron con ellos los moriscos expulsados de España tras la Reconquista. Esos llegaron con nuevas formas de trabajar la tierra y con técnicas de riego muy útiles para una buena higiene de vida no sólo para los humanos, sino también para las plantas lo que muestra que los moriscos se aplicaron en todos los niveles de la economía urbana y suburbana. La artesanía tuvo, a su vez, un papel muy importante en las grandes urbes del Magreb central. Los artesanos moriscos dominaban las técnicas de las cerámicas finas de Al Ándalus, consideradas productos caros y apreciados. Sus piezas eran aptas para muchos usos, técnica que continuaron aplicando a su llegada a tierras del Magreb Central. Sin embargo, los moriscos destacaron más en el trabajo de la seda, actividad que siguieron desarrollando en sus nuevos destinos, hasta llegar a competir las ciudades argelinas con las españolas en este dominio. Cambiaron totalmente el sentido del comercio en Argel introduciendo nuevos hábitos de compra y venta de productos. Los moriscos se integraron de distintas maneras según las urbes donde se instalaron. En las ciudades del litoral centro magrebí y algunas del interior no muy alejadas del mar, les acogieron muy bien y adoptaron muchas de sus prácticas. Dichas prácticas perduraron y siguen presentes en la sociedad argelina actual sobre todo en ciudades como Tremecén, Mostaganem, Blida, Cherchel, Argel o Bujía.
Highlights
In the Algeria of the 17th century, agriculture took a new characteristic with the new products imported by the Moriscos expelled
The Morisco craftsmen dominated the techniques of the fine ceramics of al-Andalus
The Moriscos advanced in the exploitation of silk; a specialty that existed for centuries in Hispanic lands
Summary
Tras el bando de la expulsión final decretado por Felipe III en 1609, miles de familias moriscas fueron obligadas a instalarse en la otra orilla del Mediterráneo, en Berbería. Estos moriscos fueron de gran utilidad para los corsarios berberiscos que continuaban navegando por el Mediterráneo. Como mencionó Ravillard, los Moriscos instalados en el Magreb Central fueron llamados tagarinos. Esta palabra designaba a aquellos moriscos que vivían en Argel o habían pasado por ella antes de establecerse en Túnez. Sabemos que los Moriscos que llegaron desde Aragón se llamaron tagarinos tras su expulsión, pero también los que llegaron desde Andalucía, Valencia, Aragón y Cataluña y se instalaron en el barrio de Argel que hasta hoy se sigue llamado Les Tagarins. El padre Diego de Haedo indica que, al llegar a Argel, los moriscos fueron bien acogidos, y esto se explica por la presencia de una comunidad de mil personas que había llegado antes de la expulsión. Quisieron quedarse ni mezclarse con los nómadas ni con las tribus autóctonas y prefirieron instalarse fuera de las aglomeraciones principales
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