Abstract

The suspension of payments of 1739 raised the problem of the relation between the monarchy and businessmen, but also political questions: what authority could Secretary of the Treasury have on the Ministers of War or Sea-coast? What limits could be imposed on the proper king in the expense? I check a classic interpretation: according to this one, neither the author of the suspension, Iturralde, nor his successor, Verdes Montenegro, solved those questions, for being personally compromised with businessmen, and only Campillo initiated a virtuous way, expelling private interests from the Royal Finances. For it, I examine Campillo’s project, his political strategy and his practice in the relations with businessmen and the control of the expense. I think that he didn’t seek to expel businessmen, but to impose on them new rules compatible with a centralizing project.

Highlights

  • Secretary of the Treasury have on the Ministers of War or Sea-coast

  • What limits could be imposed on the proper king in the expense

  • En las cartas y memoriales que escribe en enero

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Summary

Sobre este trabajo de estimación de la deuda

A.: La Hacienda Real de la Nueva Planta (1713-1726), entre fraude y buen gobierno. Campillo construyó su propuesta como una alternativa tanto a la suspensión acometida por Iturralde como a la política ideada por su sucesor, Fernando Verdes Montenegro, en 1740, al objeto de restablecer el crédito real, desenvolviéndose el segundo en medio de una aguda controversia sobre las facultades respectivas del Ministro de Hacienda, los Secretarios del Despacho de Guerra y Marina, el Ministro de Guerra y el Almirante General de Marina. Los Secretarios de Hacienda que sucedieron a Patiño fueron Mateo Pablo Díaz de Lavandero, marqués de Torrenueva (noviembre de 1736-marzo de 1739), Juan Bautista de Iturralde (marzo de 1739-enero de 1740), Fernando Verdes Montenegro (enero de 1740-febrero de 1741) y José Campillo (febrero de 1741-abril de 1743). Buscó apartar a los hombres de negocios de la administración de la Hacienda real, sino imponerles, con la “dureza” señalada por Fernández Albaladejo, unas nuevas “reglas del juego” que fuesen compatibles con un proyecto centralizador. Al mismo tiempo –como sus predecesores‐ ideó una fórmula para poder llevar a cabo sus proyectos dentro de un marco cultural de corte absolutista, lo que es probablemente una de las claves de su éxito

Los retos de 1739-1740
El proyecto de Campillo en enero de 1741
Por un Ministro principal
Alegato pro domo
Las nuevas reglas del juego de Campillo
La afirmación del Ministro
Equilibrios entre casas de negocios
59 Sobre la planta de Patiño
Precios y premios
Conclusión
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