Abstract

La familia es el principal contexto de socialización del niño, en el que se favorece el desarrollo de sus habilidades emocionales, por tanto, este desempeña un papel imprescindible estableciendo las bases de la identidad del niño, influyendo en el desarrollo de su autoconcepto y autoestima (Lila y Marchetti, 1995). En este sentido, es el estilo democrático de los padres (Ramírez-Lucas, Ferrando y Sainz, 2015) el que correlaciona en mayor medida que otros con el nivel de inteligencia emocional de sus hijos durante los primeros años de vida.El objetivo de este trabajo describir la relación entre las diferentes prácticas que conforman los distintos estilos educativos parentales percibidos y el nivel de inteligencia emocional en sus hijos.Para ello, se entrevistaron a 249 alumnos entre 9 y 12 años, 53.4% niñas y 46.6% niños Se evaluaron las siguientes variables a través de los instrumentos descritos. Estilos parentales percibidos: Alabama Parenting Questionnaire (APQ). Inteligencia Emocional: BarOn ICE: NA Abreviado (Bar-On, R.) Encontramos correlaciones positivas significativas entre las dimensiones Implicación maternal, implicación paternal y crianza positiva relacionadas con el estilo de crianza democrático y las dimensiones de la inteligencia emocional, habilidades interpersonales, adaptabilidad e impresión positiva en los niños, así como con el nivel de inteligencia emocional general de éstos. Por otro lado, las dimensiones de pobre supervisión, disciplina inconsistente y disciplina severa correlacionaron de forma negativa con las habilidades de relaciones interpersonales, manejo del estrés e impresión positiva, así como con la puntuación total en inteligencia emocional.

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