Abstract

En epidemias de enfermedades altamente infecciosas como el COVID-19, de transmisión a través de gotas expulsadas por la boca de la persona infectada, los trabajadores de la salud tienen un riesgo mayor de infección que la población en general, debido a su contacto con fluidos corporales y aerosoles generados por los pacientes. La existencia de un porcentaje que podría llegar a ser de hasta un 50%, de portadores asintomáticos con capacidad de contagio, preocupa al momento de planificar la atención quirúrgica.
 Con el objetivo de desarrollar la presente guía, se realizó una síntesis y valoración crítica de la evidencia disponible sobre el tema, con el fin de responder determinadas preguntas clínicas (utilización de barbijo N95 vs barbijo quirúrgico en cirugía, realización de test diagnóstico para SARS-CoV2 previo a cirugía) utilizando metodología GRADE.
 La mascarilla N95 podría ser beneficiosa en el personal que realiza procedimientos que favorecen la aerosolización del virus, tales como traqueostomía y ventilación manual con bolsa de autoinsuflación previo a la intubación, entre otros.
 El testeo del paciente, previo a una cirugía, puede ser considerado en escenarios en los que existe disponibilidad de la determinación. Es necesario evaluar la complejidad de la cirugía, evitando que el retraso causado por la realización de la prueba resulte en daño para el paciente.
 El conjunto de recomendaciones debe ser implementado teniendo en cuenta el recurso disponible de equipos de protección personal, las características de las intervenciones quirúrgicas (procedimientos que generen aerosoles) y el tipo de circulación viral en la población general (existencia de transmisión comunitaria).

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