Abstract

El presente artículo analiza la influencia de la educación formal en distintas mujeres pertenecientes a culturas minorizadas dentro del contexto iberoamericano, y que se han desarrollado en entornos vulnerables a la exclusión social. Para ello, se parte de un marco conceptual centrado en el vínculo entre la interculturalidad crítica y el género, como dos categorías que permiten comprender la relación entre distintas dimensiones de la desigualdad, y a partir del cual se identifican los factores educativos asociados a la transformación de las condiciones que la propician. A través del análisis de contenido cualitativo de cinco experiencias socioeducativas de distintas mujeres, se explora la educación intercultural como un factor que posibilita la generación de cambios en las condiciones personales y sociales que fomentan la exclusión. Los resultados indican que los procesos educativos interculturales y la construcción de un pensamiento crítico son los factores más relevantes que intervinieron en sus historias de vida como agentes de cambio. Se concluye destacando la necesidad de procesos educativos interculturales y críticos dentro de los ámbitos formales de la educación para la creación de sociedades más justas y democráticas, así como la importancia de que las mujeres pertenecientes a los sectores más excluidos de la población sean las protagonistas de dichos procesos.

Highlights

  • La desigualdad social es una problemática que se ha profundizado a nivel mundial y que está condicionada por múltiples factores, entre los cuales destacan la etnia, la lengua, la ubicación geográfica y el género (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 2019)

  • Impulso por formarse en docencia y trabajar en contextos escolares

  • Abolicionismo y decolonialidad: teorías críticas que cuestionan la efectividad de los derechos de las mujeres

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Summary

Interculturalidad crítica y género

La noción de interculturalidad ha estado en debate durante las últimas décadas. El uso de este término remite a distintas formas de asumir la diversidad en las sociedades, así como las posiciones de poder entre los individuos. Se ha edificado una estructura social en la que determinados grupos tienen mayores condiciones de bienestar, favoreciendo sus referentes culturales, étnicos, religiosos y lingüísticos, no sólo en cuanto al reconocimiento de su valor sino también en la posibilidad de expandirse y reproducirse en toda la sociedad mediante procesos como la educación. Al igual que otras dimensiones como la etnia, la lengua o la condición socioeconómica, dicha construcción involucra prácticas asimétricas de distribución de poder, las cuales se han hecho necesarias para sostener un sistema donde las mujeres, especialmente aquellas pertenecientes a grupos social y culturalmente minorizados, se mantienen en la subalternidad. Desde la interculturalidad crítica es posible reflexionar la multidimensionalidad de las relaciones de poder, considerando que dichas relaciones son interseccionales, es decir, el género, la etnia, la lengua, la posición geográfica, la religión y las condiciones socioeconómicas se entrelazan y determinan una posición para los individuos dentro de las relaciones sociales. La educación es un factor relevante, puesto que dependiendo de cómo se hayan generado sus procesos de formación, las mujeres han logrado ser agentes de cambio dentro de su entorno o han mantenido las condiciones de marginalidad que el sistema reproduce

Procesos educativos interculturales de transformación social
Características de los casos de análisis
Caso A
Trayectoria e intervención de mujeres indígenas en la vida escolar
Caso C
Representación femenina e intercultural en el espacio escolar
Contexto educativo y social que no atiende la diversidad cultural
Resultados y Discusión
Referencias bibliográficas
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