Abstract

La prensa militante cominternista no siguió el canon leninista de “organizador”, afirmándose como medio de información y denuncia, y sobre todo, como modelador de su politicidad. Osciló entre ser abierta o cerrada, legal o clandestina, frentista o sectaria, doctrinaria o empirista. Su existencia fue accidentada: escasez de recursos y falta de infraestructura. En sus páginas se manifiestan sus fisuras internas y sus relevos editoriales, además de brindar indicios significativos acerca de su irradiación y de sus redes. Consideramos que la prensa militante es una fuente histórica de calidad de carácter complementario a la documental existente en archivos nacionales y extranjeros.

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