Abstract

La pandemia actual por Covid-19 ha puesto en evidencia la vulnerabilidad humana ante el confinamiento doméstico que ha deparado en afecciones físicas y psíquicas. La hipótesis es que el hogar ha sido convertido en un recinto donde ahogar los desafueros en un mundo contemporáneo donde la ciudad es el principal escenario del sobre-rendimiento y la autoexplotación del ser humano. La casa se ha convertido en un objeto de producción y consumo, un signo del desvanecimiento del hogar. La persona rendida al trabajo y a la positividad de la vida social la asume como receptáculo y cubículo para consumir y acaparar, no como un hogar. Hoy, cuando más necesitamos de la amabilidad hogareña, los síntomas psíquicos y emocionales muestran lo contrario. El hogar debe ser rescatado.

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call