Abstract

El palacio del Buen Retiro fue uno de los grandes símbolos del valimiento del conde-duque de Olivares, además de una de las grandes empresas constructivas y decorativas del reinado de Felipe IV. Comenzado a construir de forma discreta a partir de 1629, en este real sitio el valido concentró buena parte de sus energías y de los numerosos recursos que estaban a su alcance con el objetivo de crear un gran escenario en el que la majestad de Felipe el Grande brillara de múltiples maneras. Gracias a nuevo material inédito, profundizaremos sobre cómo don Gaspar de Guzmán utilizó el real sitio que tanto admiró a cortesanos y embajadores de toda Europa para ejercer y afianzar su valimiento exaltando la figura de Felipe IV y la Casa de Austria y vinculando a su fama y poder, su nombre y el de su linaje.

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