Abstract

AbstractThis article analyses two figures of the Spanish Golden Age Literature, Don Juan and Don Quixote, which involve a series of questions or problems typical of philosophy. They don´t expose a theoretical problem rather they represent it, they stage it; they are characters closed in themselves, in their madness, in their dream or solitude. This brief paper attempts to establish the relationship and the differences between Don Juan and the Quixote, as well as to expose the question of the self, and the theme of melancholy represented in these characters.Keywords: Melancholy, baroque, Spanish Literature, Don Juan, Don Quixote.

Highlights

  • This article analyses two figures of the Spanish Golden Age Literature, Don Juan and Don Quixote, which involve a series of questions or problems typical of philosophy

  • They dont expose a theoretical problem rather they represent it, they stage it; they are characters closed in themselves, in their madness, in their dream or solitude. This brief paper attempts to establish the relationship and the differences between Don Juan and the Quixote, as well as to expose the question of the self, and the theme of melancholy represented in these characters

  • En su libro Mitos del individualismo moderno Ian Watt define a estos personajes como encarnaciones de la tesis ego contra mundum, pues aunque Don Juan y el Quijote sean figuras dispares, representan la primera definición de individualismo que da el Oxford English Dictionary: “sentimiento o conducta egocéntrica por principio, acción o pensamiento libre e independiente; egoísmo”. 25 Obviamente hubo, antes de ellos, otros personajes dominados por sus egos; Ian Watt menciona a Só

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Summary

Ego contra mundum

Uno de los temas constantes del Barroco es la pregunta por el yo, aquello que hoy conocemos por identidad personal, así lo demuestran tanto los planteamientos filosóficos como la literatura de la época. 1 El Don Juan de Tirso de Molina justo encarna la tesis “ego contra mundum” y pertenece a esa época en la que la pregunta por el yo comienza a ser fundamental. 5 A ellos se sumarían los personajes de Baltasar Gracián, 6 así como la figura de Don Juan de Tirso de Molina, que aunque nunca se pregunta por sí mismo, escenifica otra de las caras del descubrimiento del yo. Maravall expone detalladamente la relación entre las personas y la sociedad barroca, y de cómo la conciencia social de crisis que pesaba sobre los hombres en la primera mitad del siglo XVII suscitó una visión del mundo en la que encuentra expresión el desorden intimo bajo el que las mentes de esa época se sentían abnegadas: “Estamos ante un mundo social compuesto de unidades individuales, cerradas como mónadas incomunicables, cuyas interrelaciones pueden compararse a los simples choques entre dos bolas de billar, por unas bolas que al chocar pudieran deformarse o destruirse”. El más práctico saber barroco sería disimular y aparentar, en conocer el propio yo y ser, al mismo tiempo, un artista en el encubrimiento de las propias intenciones y en desentrañar las voluntades e intenciones ajenas

Don Juan en el Siglo de la Melancolía
Don Juan y Don Quijote
Referencias Bibliográficas
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