Abstract

<p class="p1"><strong><em>Introducción. </em></strong><em>México está expuesto a una gran variedad de fenómenos geológicos, considerado como uno de los países con mayor actividad sísmica en el mundo por experimentar anualmente más de 90 sismos de una magnitud 4 o más en la escala de Richter, según datos del Fondo de Desastres Naturales.</em><span class="s1"><em>1 </em></span><em>La OMS</em><span class="s1"><em>2 </em></span><em>creó las Estrategias para la Reducción de Desastres, en las que integró en 2004 el término “Hospitales Seguros” con la finalidad de lograr que las personas tuvieran acceso a establecimientos de salud en correcto funcionamiento durante y después de un desastre natural. </em><strong><em>Desarrollo. </em></strong><em>En los hospitales conviven personas con afecciones en su salud, las cuales las limitan en movilidad y/o en sus funciones y merman su capacidad de toma de decisiones. De ellas, los pacientes en áreas críticas (quirófanos, cuidados intensivos) y pediátricas son los más vulnerables ante una contingencia. Por lo que es responsabilidad del personal de salud y brigadistas el prudente seguimiento de los protocolos de Protección Civil para su evacuación. </em><strong><em>Conclusiones. </em></strong><em>En el presente ensayo se exponen los principios éticos que el personal de salud enfrenta al momento de una emergencia de desastre natural, así como se contextualiza, en un marco normativo y también moral, las respuestas que permitan la ágil y oportuna acción ante estas situaciones, donde no existan juicios sobre la decisión tomada en el instante de la contingencia, pues es preciso definir con bases legales y éticas las responsabilidades a las que está comprometido para actuar durante y después de un siniestro.<span class="Apple-converted-space"> </span></em></p>

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