Abstract

<p>La relación de Argentina con Estados Unidos fue históricamente inestable, en gran medida atravesada por la discordia recurrente entre ambos países. La política exterior argentina, con vocación autonomista, trató de moderar la influencia de Washington sobre sus decisiones y acciones mediante alternativas destinadas a abrir o ampliar márgenes de maniobrabilidad internacional. El objetivo de este trabajo es analizar la alternativa elegida por la política exterior argentina para afrontar la hegemonía estadounidense en dos momentos diferentes, con el fin de describir y evaluar la materialización autonomista de tal política. Uno de los momentos fue el escenario de la Guerra Fría en el cual los gobiernos democráticos optaron por priorizar América Latina y los países de esta región. El otro escenario fueron los primeros años de la actual centuria, en los cuales los gobiernos kirchneristas privilegiaron Sudamérica y los países de esta subregión. La conclusión es que Argentina, cuando se volcó a América Latina, relegó a Estados Unidos sin sustituirlo por otro actor poderoso, como así también alivió su dependencia con el hegemón cuando concentró su política exterior en Sudamérica, aunque en este caso reforzó la dependencia con Brasil.</p>

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