Abstract

Effective control methods need to be developed to reduce crested wheatgrass (Agropyron cristatum [L.] Gaertner) monocultures and promote the establishment of native species. This research was designed to determine effective ways to reduce crested wheatgrass and establish native species while minimizing weed invasion. We mechanically (single- or double-pass disking) and chemically (1.1 L · ha−1 or 3.2 L · ha−1 glyphosate–Roundup Original Max) treated two crested wheatgrass sites in northern Utah followed by seeding native species in 2005 and 2006. The study was conducted at each site as a randomized block split plot design with five blocks. Following wheatgrass-reduction treatments, plots were divided into 0.2-ha subplots that were either unseeded or seeded with native plant species using a Truax Rough Rider rangeland drill. Double-pass disking in 2005 best initially controlled wheatgrass and decreased cover from 14% to 6% at Lookout Pass and from 14% to 4% at Skull Valley in 2006. However, crested wheatgrass recovered to similar cover percentages as untreated plots 2–3 yr after wheatgrass-reduction treatments. At the Skull Valley site, cheatgrass cover decreased by 14% on herbicide-treated plots compared to an increase of 33% on mechanical-treated plots. Cheatgrass cover was also similar on undisturbed and treated plots 2 yr and 3 yr after wheatgrass-reduction treatments, indicating that wheatgrass recovery minimized any increases in weed dominance as a result of disturbance. Native grasses had high emergence after seeding, but lack of survival was associated with short periods of soil moisture availability in spring 2007. Effective wheatgrass control may require secondary treatments to reduce the seed bank and open stands to dominance by seeded native species. Manipulation of crested wheatgrass stands to restore native species carries the risk of weed invasion if secondary treatments effectively control the wheatgrass and native species have limited survival due to drought. Se necesitan desarrollar métodos eficaces de control para reducir los monocultivos del triguillo crestado (Agropyron cristatum [L.] Gaertner) y promover el establecimiento de especies nativas. Esta investigación se diseñó para determinar formas efectivas de reducir el triguillo crestado y establecer especies nativas y a la vez minimizar la invasión de malezas. Dos sitios de triguillo crestado al norte de Utah se trataron mecánicamente (pasando un disco un ves o dos veces) y químicamente (1.1 L · ha−1 o 3.2 L · ha−1 de glyphosate–Roundup Original Max) seguida por la siembra de especies nativas en 2005 y 2006. El estudio se hizo en cada sitio como un diseño de bloques al azar con parcelas divididas con cinco bloques. Después de los tratamientos de la reducción del triguillo crestado, las parcelas se dividieron en sub-parcelas de 0.2 ha que fueron sembradas o no sembradas con especies nativas utilizando una sembradora para pastizales Truax Rough Rider. El pasar dos veces los discos en 2005 controló el triguillo crestado mejor inicialmente y disminuyó la cubierta del 14% a 6% at Lookout Pass y de 14% a 4% at Skull Valley en 2006. Sin embargo, el triguillo crestado volvió a a los porcentajes de cobertura similar a las parcelas sin tratar 2 a 3 años después de los tratamientos de reducción del triguillo. En el sitio de Skull Valley, la cobertura del bromillo disminuyó de 14% en las parcelas tratadas con herbicidas comparadas con las parcelas tratadas mecánicamente que se incrementaron un 33%. La cobertura del bromillo fue también similar en las parcelas sin disturbio y las parcelas tratadas 2 años y 3 años después de los tratamientos de reducción indicando que la recuperación del triguillo crestado minimiza cualquier incremento en el dominio de las malezas como resultado del disturbio. Los pastos nativos presentaron una alta aparición después de la siembra, pero la falta de sobrevivencia fue asociada con los periodos cortos de humedad disponible en el suelo durante la primavera del 2007. El control efectivo del triguillo crestado quizá requiera de tratamientos secundarios para reducir el banco de semillas y favorecer el dominio de las especies nativas sembradas. La manipulación de las áreas para restaurar las especies nativas lleva el riesgo de la invasión de malezas si los tratamientos secundarios controlan efectivamente el triguillo crestado y las especies nativas tienen limitada sobrevivencia debido a la sequía.

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