Abstract

En la Antigua Grecia se creía que el cuerpo humano estaba constituido por cuatro tipos de humores y que el desbalance entre ellos llevaba a la enfermedad. La mujer era considerada más vulnerable de presentar dolencias, por tener una súper producción de sus fluidos y presentar un “útero errante” que podría irrumpir en sus diferentes órganos y llevarla aún a convulsionar durante el embarazo (1). Hipócrates el padre de la Medicina, pensaba que las convulsiones durante el embarazo se producían por congestión o por depleción sanguínea del cerebro (2).Durante la Edad Media dominaron las creencias religiosas. Se utilizaron amuletos, pociones mágicas y oraciones de sanidad (1). Para tratar de disminuir la congestión cerebral y prevenir la eclampsia, Mauriceau recomendó realizar de dos a tres flebotomías durante el embarazo y magnificó en sus escritos la naturaleza crítica de la enfermedad (3).Al final del siglo 19 y comienzo del 20, los médicos alemanes y de los países bajos realizaban un manejo agresivo de la eclampsia, desembarazando de manera inmediata por vía vaginal o abdominal. Esta conducta obstétrica agresiva incrementó de manera notable la mortalidad materna. Como resultado empezó a ganar popularidad el manejo conservador de la eclampsia (4). Los pioneros de este método fueron Tweedy de Dublin y Stroganoff de Rusia (1). El primero consideraba que el trabajo de parto incrementaba la ocurrencia de convulsiones por mecanismos reflejos. El médico debía abstenerse de realizar exámenes vaginales, palpación abdominal, dilatación del cérvix. La paciente debía sedarse con altas dosis de morfina. Si se entraba en trabajo de parto la aplicación del fórceps era aceptada (5).

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call