Abstract

En el noreste de México es necesario tener variedades de cebada adaptadas a climas extremos como alternativa en la producción de forraje. Para la estimación de biomasa, existen sensores infrarrojos remotos que no han sido aplicados en cebadas forrajeras. Los objetivos fueron caracterizar, agrupar y seleccionar líneas de cebada forrajera imberbe, y estimar la asociación de sensores con el rendimiento. Se evaluaron 45 líneas contra variedades comerciales en dos municipios del estado de Coahuila, durante el otoño-invierno 2016-17; se realizó un diseño alfa-látice con tres repeticiones, se determinó rendimiento de forraje, altura de planta, etapa fenológica, y como sensores infrarrojos un termómetro IP-54, un GreenSeekerTM para índice de vegetación diferencial normalizado (NDVI) y un SPAD-420 para contenido de clorofila; evaluando en dos muestreos. Se realizó un análisis parcelas subdivididas para variables, correlaciones para estimación de relación y un análisis de multivariados por muestreo. Los resultados indicaron diferencias altamente significativas en rendimiento entre genotipos, localidades e interacciones. Las líneas 6, 43, 44, 40 y 1 presentaron características deseables de producción forrajera. El análisis de conglomerados a 75 y 90 dds retuvo cinco y siete grupos de interés respectivamente, marcando diferencias entre grupos en la prueba de T2, formando grupos diferentes en variedades comerciales y líneas. No se detectó una asociación positiva y significativa entre NDVI y rendimiento para los genotipos estudiados. Los métodos multivariados resultaron herramientas útiles para seleccionar líneas forrajeras de rápida producción. Afirmando a las cebadas como una buena opción para la producción forrajera en épocas invernales en zonas semiáridas, en comparación de avena y trigo.

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