Abstract

Se ha escuchado a nivel mundial el llamado para la conservación de orquídeas, por parte de científicos, profesionales de horticultura, propagadores comerciales y los apasionados entusiastas privados, todos con diferentes opiniones sobre la manera para atacar este problema global. Las noticias han sido desalentadoras en relación al calentamiento global, destrucción de hábitat, desplazamiento de poblaciones nativas por parte de agresivas, exóticas e insostenibles depredaciones /cosechas de plantas y los esfuerzos impotentes para hacer cumplir las protecciones legales. Se han dedicado muchas ideas y esfuerzos para determinar estrategias específicas para la conservación de orquídeas, incluyendo la protección al hábitat, la compra y preservación de los “puntos calientes,” así como las tendencias hacia la creación de reservas hortícolas, tanto nativas (reservas de los Jardines de Lankester, Fundación EcoMinga, Ecuagenera) y ex situ (jardines de orquídeas en Hawái, colecciones bajo vidrio, etc.). Tácticas como un banco de semillas, tecnología ADN, esfuerzos de propagación ex situ, así como eventuales reintroducciones, inherentemente dependen de recursos y propiedades de jardines botánicos y cultivadores comerciales responsables. Es este tipo de trabajo de horticultura el que ha salvado a otros géneros que no corresponden a las orquídeas, tales como Franklinia, Torreya, Wollemia, y especies de orquídeas como Paphiopedilum vietnamense, Epidendrum ilense, y Angraecum longicalcar de la extinción. Los jardines botánicos unidos bajo ciertas organizaciones como la Asociación Americana de Jardines Públicos (American Public Garden Association - APGA) y Jardines Botánicos para la Conservación Internacional (Botanic Garden Conservation International - BGCI), necesitan de una mayor cooperación y coordinación para el éxito de sus esfuerzos para la conservación de plantas. Además, es un aspecto crítico que los jardines botánicos se conecten con la comunidad científica (y viceversa), especialmente aquellos que mejor pueden asesorar sobreaquellas especies más amenazadas. Si las colecciones van a ser utilizadas en forma óptima, las sociedades científicas y de horticultura deben estar más conscientes de sus respectivos activos y prioridades. En el Primer Congreso Internacional para la Conservación de Orquídeas (International Orchid Conservation Congress - IOCC), se adoptaron cuatro resoluciones de la Estrategia Global para la Conservación de Plantas (Global Strategy for Plant Conservation – GSPC en inglés): 1): el 90% de todas las orquídeas amenazadas deberían ser asegurada en colecciones ex situ; 2) el 50% debería constar en programas para su recuperación activa; 3) Se debe considerar que las orquídeas están amenazadas cuando su cosecha no es sostenible; y 4) Para el año 2010, cada niño y niña debe estar consciente de lo que es la diversidad de plantas (incluyendo a las orquídeas). ¿C.mo podemos evaluar si se está logrando el progreso hacia estos admirables objetivos sin que exista una entidad que unifique y que pueda recopilar el progreso, la información y el grado de éxitos alcanzado? Al ver el esfuerzo desplegado en tantos lugares separados, es indudable que se necesita urgentemente este tipo de entidad. Constituye la meta de muchos jardines botánicos y una meta específica del Instituto Smithsoniano, el promover la diseminación de conocimientos y comprensión. Con este fin en mente, el anterior objetivo #4 constituye una particular prioridad. A pesar de que alcanzar la meta del 100% de conciencia compartida en relación a la diversidad de plantas para el año 2010, hemos iniciado un proyecto que nos permita comprender y finalmente corregir el llamado síndrome de “Ceguera relativa a las Plantas,” bajo el cual la persona promedio no considera que las plantas son seres vivientes (en el mismo sentido de los animales). Mediante el uso de encuestas y entrevistas personales, se está analizando este síndrome generalizado y penetrante para determinar sus caracter.sticas demográficas, hombre/ mujer, urbano/rural, jóvenes/ viejos, etc. Es imperativo para los educadores que identifiquen la edad en la cual dichas actitudes empiezan a introducirse en la psiquis de los jóvenes. Es necesario aplicar ciertas técnicas que permitan elevar el grado de conciencia de los individuos de todas las edades en relación a la importancia de la diversidad de las plantas y su conservación. Esto puede tomar la forma de presentaciones, exposición a especies representativas, paseos de campo y otras oportunidades educativas, que permitan cultivar un enfoque mental que comprenda y a la final proteja el mundo natural. 

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