Abstract

Quienes escribimos libros y artículos por nuestra profesión universitaria, se supone que estamos acostumbrados a hacerlo. Encaramos un problema y buscamos comprenderlo al intentar plasmarlo con palabras. Pero cuando queremos rendir homenaje a una compañera con quien hemos compartido todos los aspectos de la profesión durante, prácticamente, toda la vida, nos sorprende este quedarnos sin palabras. Nos invade una torpeza desconocida que va más allá de las emociones. El dolor por la pérdida de una amiga -de todo amigo- cuesta concretarlo en una descripción. Perdemos un trozo de nosotros mismos y eso nos enfrenta, de repente, con un problema humano mayor. No es solo que, a partir de la pérdida, cambiamos y ya no somos los mismos, sino que al hecho de perder una parte se suma una larga serie de cuestiones que sentimos como un reto.

Full Text
Published version (Free)

Talk to us

Join us for a 30 min session where you can share your feedback and ask us any queries you have

Schedule a call