Abstract

Respecto al conflicto Israel-Palestina, lo que México ha intentado, desde por lo menos este siglo, es una política de equidistancia. Desde hace varios años, los presidentes mexicanos se han abstenido de denunciar abiertamente el uso desproporcionado de la fuerza de Israel, al tiempo que la refieren como respuesta a la violencia a la que recurren los palestinos. Del lado de la burocracia, tampoco es novedad que los comunicados de prensa de cancillería tienden a ser tímidos cuando se trata de señalar las responsabilidades de Israel. La forma en que están formulados refleja claramente la intención de mantener una equidistancia. El comunicado tras lo ocurrido el 7 de octubre reitera esa tendencia. ...

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