Abstract

Este artículo estudia el lugar que la fenomenología tiene en el pensamiento de lo impolítico de Esposito. Para ello, en primer lugar, expone la tarea del deconstruccionismo en el marco general del pensamiento de Esposito acerca de la comunidad. En segundo lugar, expone la relevancia y el sentido que las categorías de sujeto y sustancia tienen para la tradición metafísica de la filosofía política. Y, a partir de aquí, el artículo se adentra en la lectura que Esposito hace de la fenomenología de Arendt en torno al problema del origen. El objetivo de este artículo es mostrar cómo lo impolítico se constituye como un pensamiento de la comunidad que lleva en sí la negación de lo político como el esfuerzo de un sujeto metafísico para hacer visible el origen como fenómeno.

Highlights

  • Creo que puede afirmarse, a pesar de esa triple perspectiva en la que Esposito traza la lectura de Arendt, que su modelo es, finalmente, fenomenológico: fenomenológico es, como hemos indicado, su recurso a la manifestación como condición primera de constitución del espacio político, fenomenológico es que el ser quede reducido en la esfera política a su aparecer, pero fenomenológico es también el intento de Arendt de volver la mirada a la pólis griega para encontrar ahí la descripción del modelo originario de la experiencia política: si el totalitarismo había sido posible por la conjunción de la ideología y la técnica del terror, creando un mundo artificial donde los hombres pudieron ser desarraigados, conducidos y aniquilados desde sus “naturales” espacios políticos hasta los campos de la muerte, se hacía necesario, en el terreno de la política, reconducir y reconstituir ese espacio político, yermo en el siglo XX, bajo el principio fenomenológico de ir a las cosas mismas y restaurar el sentido primero que tuvieron

  • A la luz del trabajo de deconstrucción de la primera etapa, vinculada a lo que Esposito ha denominado una “analítica de la sustracción” (Esposito, 2012: 11), en esta segunda etapa, la exposición de la constitución de la comunidad ya no podría sino afrontarse desde una lógica que dejara en franquía la nada constitutiva de lo que se tomó políticamente como lo sustantivo de la comunidad

  • Como insiste a lo largo de su obra Esposito, no se trata simplemente de describir el movimiento de la fuerza llevada por su ínsito ágon –lo cual nos llevaría simplemente a ser espectadores del realismo en el que se mueve lo político– sino de invertirlo, no negándolo simplemente como dice Arendt –nicht-politisch, sino como lo cuenta la Ilíada en la lectura que de ella hace Weil: sin perder la mirada política de la fuerza y la violencia, ponerla, al mismo tiempo, pese a la adversidad, en la relación que une en la contienda

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Summary

Introduction

Creo que puede afirmarse, a pesar de esa triple perspectiva en la que Esposito traza la lectura de Arendt, que su modelo es, finalmente, fenomenológico: fenomenológico es, como hemos indicado, su recurso a la manifestación como condición primera de constitución del espacio político, fenomenológico es que el ser quede reducido en la esfera política a su aparecer, pero fenomenológico es también el intento de Arendt de volver la mirada a la pólis griega para encontrar ahí la descripción del modelo originario de la experiencia política: si el totalitarismo había sido posible por la conjunción de la ideología y la técnica del terror, creando un mundo artificial donde los hombres pudieron ser desarraigados, conducidos y aniquilados desde sus “naturales” espacios políticos hasta los campos de la muerte, se hacía necesario, en el terreno de la política, reconducir y reconstituir ese espacio político, yermo en el siglo XX, bajo el principio fenomenológico de ir a las cosas mismas y restaurar el sentido primero que tuvieron.

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