Editorial

Abstract

Después de tres décadas de actuar como Editor Jefe de Bioagro, finalmente decidí dejar el cargo. Participé dentro del Comité Editorial de la revista desde el año 1993 para luego asumir la dirección a partir de 1995. Me sucede en este cargo la Dra. Rita Ávila, quien tiene una reconocida trayectoria en el campo de la investigación científica y ha mantenido una actividad muy fructífera en los últimos años como miembro del Comité Editorial de la revista. Estoy seguro que su alta capacidad intelectual y dedicación le permitirá mantener, o mejor aún, superar los altos estándares de calidad alcanzados por la revista. En los años iniciales en la conducción de Bioagro fue necesario ir superando los diferentes escollos que se presentaban mientras adquiríamos la experiencia necesaria dado que, en los estudios universitarios, hasta donde conozco, no existen asignaturas de pre o postgrado orientadas a la formación de editores de revistas científicas. Un breve recuento histórico indica que a partir de 1995 la revista alcanzó total regularidad de aparición y estabilización en la periodicidad cuatrimestral de sus ediciones, con publicación en el primer día de los meses de enero, mayo y septiembre, así como su incorporación en el Registro de Publicaciones del Fondo Nacional en la Ciencia y Tecnología (FONACIT) de Venezuela. En el año 2003 creamos la página Web de la revista, la cual, en la actualidad, pone a disponibilidad de los usuarios toda la colección (volúmenes del 1 al 36), que permite descargar libremente los artículos a texto completo. A partir del año 2007 fue reconocida como Publicación tipo A por el Fonacit, y en la evaluación de méritos realizada por dicha institución se ubicó entre las dos revistas venezolanas de mayor prestigio en el área agronómica. En el año 2012 Bioagro ingresó en el índice Scopus, de Elsevier, en el cuartil Q3, y en el 2016 ingresó al núcleo central de revistas de la Web of Science (WoS) a través de su índice Science Citation Index (SCI), actualmente con un factor de impacto de 0,80 según el Journal Citation Report (JCR). Con este ingreso, la revista completó su indización en estas dos bases de datos consideradas como las más reconocidas mundialmente. Ya en años anteriores se había logrado su inclusión en los dos índices bibliométricos de mayor relevancia en Latinoamérica (Scielo y Redalyc), así como su permanencia en el catálogo de Latindex. En el año 2018, la Red Iberoamericana de Revistas (REDIB), la ubicó en el cuartil Q1, ocupando el primer puesto entre las revistas agronómicas de la región (https://redib.org/Ranking/Revistas?lng=es), mientras que la evaluación de Scopus del año siguiente colocó a Bioagro en el primer lugar como la revista de mayor impacto entre todas las áreas del saber en el país (https://www.scimagojr.com/journalrank.php?country=VE). En los últimos años, la producción en físico de la revista sólo fue posible mientras se pudo hallar en el mercado el papel y otros insumos necesarios para su impresión. Es por esto que en el año 2018 Bioagro debió cambiar el formato impreso a formato digital, sustituyendo su tradicional ISSN 1316-3361 por el nuevo e-ISSN 2521-9693. La circulación internacional de la revista impresa permitió ampliar fronteras y estrechar vínculos de la institución matriz– la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado – con el mundo académico, a la vez de obtener, mediante la modalidad de canje, diferentes colecciones de revistas foráneas de su género que fueron a ampliar los estantes de las bibliotecas de la institución. Hasta el año 2024, Bioagro ha publicado un total de 106 números pertenecientes a 36 volúmenes. La selección y arbitraje rigurosa de los manuscritos recibidos ha permitido la publicación de aproximadamente el 30 % de estos manuscritos en los últimos cinco años. Finalmente, debo destacar que el Editor debe entregar a la comunidad científica la información clara, concisa y oportuna. Por ello, se mantendrá el apego al código de ética establecido por el Comité de Ética de Publicaciones (COPE) con el fin de garantizar el rigor y calidad científica de la revista, así como la estricta aplicación de la política antiplagio, y fiel seguimiento a la gramática española en sus ediciones. Entre las expectativas a futuro, se contempla el aprovechamiento eficaz de las nuevas posibilidades ofrecidas por la tecnología digital, tales como la publicación continua, los contenidos y enlaces interactivos, como videos y audios, que permita a los usuarios obtener una mejor y más dinámica experiencia de las publicaciones. Y en la seguridad de que Bioagro queda en buenas manos, hago votos por el éxito de la nueva directiva de la revista.